Claudia Lemus:
Director del ministerio de niños de la iglesia.
Cuando hablamos de ministerio, ¿qué viene a nuestra mente?
Es interesante que esta palabra deriva del latín ministerĭum, que significa servicio. Entonces, cuando hablamos de ministerio en la iglesia nos referimos al servicio que hacemos en beneficio de alguien.
En el tema de los niños, hay infinidad de maneras en que podemos servir para que éstas pequeñas vidas que están despertando a un mundo tan convulso y complicado, encuentren un camino que les ayude a llevar su vida adelante. Es importante que podamos guiarlas a aquel que hará que sus vidas sean diferentes.
Cuando servimos en un ministerio entre niños, los ayudamos para que una vez salvos puedan crecer en el conocimiento de la Palabra de Dios “a fin de llegar a ser como Dios quiere que sean a fin de perfeccionar a los santos para la obra del ministerio, para la edificación del cuerpo de Cristo, hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, a un varón perfecto, a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo” (Efesios 4:12-13). ¡Qué desafío tenemos por delante! ¡Qué emoción saber que podemos ayudar para que una vida desde sus primeros años conozca Jesús y cambie para siempre!
El Ministerio entre niños está formado por distintos ministerios que ayudarán a los niños a crecer en su fe y el conocimiento de Dios. Entre los ministerios que contamos están:
Clases de Escuela Dominical: Un estudio de la Biblia semanal de una hora.
Discipulado: Lecciones de crecimiento básico en el conocimiento de la doctrina y de acercamiento al niño como un discípulo.
Campamento: Un tiempo especial de recreación, compañerismo y aprendizaje de la Palabra de Dios.
Escuela Bíblica Vacacional: Una escuela donde el niños aprenden desde la música, manualidades, juegos y pueden acercar a otros niños a la iglesia.
Esgrima Bíblico Infantil: Un ministerio que por medio de juegos y sana competencia desafía al niño a estudiar la Palabra de Dios.
Culto Infantil: Un culto diseñado por y para los niños y las niñas.
Todos estos son recursos a los cuales podemos acceder y usando los diferentes talentos que tenemos en la iglesia edificar la vida de los niños que no son “la iglesia del mañana”, sino “la iglesia de hoy”. Si no velamos y pastoreamos sus vidas hoy, quizá mañana ya no estén.
Tomemos este desafío y sirvamos a nuestro Dios por medio de los diferentes ministerios que hoy tenemos al alcance.
“Por eso, mis queridos hermanos, manténganse firmes, y nunca dejen de trabajar más y más por el Señor Jesús. Y sepan que nada de lo que hacen para Dios es inútil” (1 Corintios 15:58 TLA).